martes, 4 de diciembre de 2007

El camino del Zen

El tao y la espontaneidad

Si el universo fuera hecho, sin duda habría alguien que sabría cómo está hecho, y que podría explicar cómo fue ensamblado pieza por pieza, como un técnico puede explicar con una serie de palabras “instantáneas” cómo se monta una máquina. Pero un universo que crece excluye totalmente la posibilidad de saber cómo crece si queremos explicarlo con los torpes recursos del pensamiento y el lenguaje, de modo que a ningún taoísta se le ocurre preguntar si el Tao sabe cómo produce el universo, ya que opera de acuerdo con la espontaneidad, no con el plan.

En torno de nosotros se producen cosas, pero nadie sabe de dónde. Salen, pero nadie ve la puerta. Todos los hombres estiman la parte del saber conocido. Ignoran cómo servirse de lo Desconocido para alcanzar el saber. ¿no es esto un extravío? 
Chuang-Tzu

Ch´ui el artesano podía dibujar círculos a mano mejor que con compás. Sus dedos parecían acomodarse tan fácilmente a la cosa en la que estaba trabajando que no necesitaba fijar su atención. Sus facultades mentales así permanecían Una (es decir, integradas) y no sufrían impedimentos. Ser inconscientes de nuestros pies significa que nuestros zapatos son cómodos. Ser inconscientes de nuestra cintura implica que la faja es cómoda. Si la inteligencia es inconsciente de lo positivo y negativo eso implica que el corazón esta tranquilo… Y quien, comenzando tranquilo, nunca esta intranquilo, es inconsciente de la tranquilidad de estar tranquilo. Chuang-Tzu

Muy feliz era el ciempiés,
Hasta que un sapo una vez,
Le preguntó: -¿Qué orden al andar siguen tus remos?
Lo cual forzó su mente a tal extremo
Que a una zanja, distraído, fue a caer
Mientras pensaba cómo hacer para correr.


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